El hundimiento del INDUSTRIA, en el año 1917. Lluís Cabrisas Caules. (26/11/2007)
Durante la primera guerra mundial (1914), Ciutadella tuvo comercio con Francia a través de Marsella.
Zarpó, pues, con destino a Marsella y con carga general completa la goleta denominada INDUSTRIA, al mando del Patrón Gabriel Camps Sintes. El armador del buque y propietario de la carga era Juan Arguimbau Ferrer, y el consignatario en el puerto de destino era un hermano de dicho armador, Gabriel Arguimbau Ferrer. La carga estaba compuesta entre otros productos, de queso, sobrasada, embutidos, carbón vegetal y naranjas de Valéncia, en su mayoría. Estos productos se vendían a bordo del mismo barco, al detall, bajo la responsabilidad del patrón.
En la tarde del 8 de agosto de 1917, situados aproximadamente a unas treinta y cinco millas al sur del Cabo Courona, emergió un submarino de nacionalidad alemana. Desde una distancia prudencial desde el puente del submarino y por megáfono, se les ordenó situar el buque al pairo, arriar la lancha y recoger a uno de los oficiales, para efectuar una inspección. Se efectuada la maniobra y una vez el oficial alemán, junto con dos marineros armados con pistolas y fusiles llegaron a bordo, arrestaron al patrón y al cocinero e inspeccionaron el barco, (mientras, andaban comiendo la cena, en espera de ser servida)(1). Finalizada la inspección, ordenaron al resto de la tripulación realiazar, con la lancha, el transbordo de la mercancía que transportaban al submarino, durante varios viajes hasta que anocheció.
Concluida dicha maniobra, colocaron una bomba en la jarcía con la mecha encendida, dando el tiempo justo para que la tripulación embarcara en la lancha y abandonara el buque, llevando a bordo solamente una brújula, un compás, un barril de agua y nada de comida.
Ante esta situación el Patrón dio orden al grumete para que bajara rapidamente a su cámara, para recuperar una bolsita de malla de plata, con monedas de plata también en su interior , que el tenía guardada ( después en Marsella este dinero les sería de gran ayuda). Así lo hizo y al punto regresó al bote. Diez minutos más tarde, ya navegando en la lancha, oyeron una fuerte explosión, saltando el barco en pedazos llenando el mar de astillas, hundiose el barco y sumergiéndose el submarino, quedaron ellos en la más absoluta soledad. En aquellos dramáticos momentos les saltaron las lágrimas a todos.
Armaron dos pares de remos y remaron hacia el norte en busca de la costa francesa. Pasaban las horas y la gente se turnaba en los remos teniendo ya las manos llagadas de tanto remar. De madrugada, como no se veía nada, porque a causa de la guerra no se encendían los faros, no conocían la situación exacta. En un cambio de turno de remos el cocinero puso las manos en el agua, creyendo que sería salada, y cual no sería su sorpresa al comprobar que el agua era dulce. El patrón intuyó que estaban en la desembocadura del Ródano pues sabía el punto exacto donde habían hundido el buque. Continuaron remando com más tranquilidad y al poco rato amaneció. Estaban cerca de San Luis del Ródano. Al llegar, el consignatario les alojó en un almacen lleno de velas y cabos, y allí durmieron hasta que las autoridades francesas a los tres días los repatriaron a España.
La tripulación estaba compuesta por: Gabriel Camps Sintes, patrón. Pedro Orpi, alias 'Aretes'. Marineros: Juan Caules alias 'en Netis Son Vist' y su hermano Bartolomé. Sebatián Anglada, alias 'Llentia', Miquel Gelabert y Antonio Triay todos vecinos y naturales de Ciutadella
Lluís Cabrisas Caules. Febrero de 2004.
(1) Relataba el patrón que ese día tenían preparado para cenar bacalao frito y que al verlo los alemanes, lo metieron en una bolsa de caucho que llevaba colgada del brazo uno de ellos, y se lo llevaron al submarino.
Nota: cuando embarqué de marinero a bordo del Arnaldo Oliver, al mando del Patrón D. Gabriel Camps Sintes, fue como conocí esa historia que el mismo me relató.