Hace tiempo conseguí una fotografía con dorso de postal (sistema que se hacía hace muchos años) que me pareció muy curiosa, no sólo por la propia foto, sino también por el expresivo texto que la acompañaba. Se trataba de una carta que dirigía el capitán del vapor RAMÓN al Sr. Don Ricardo Corredor, domiciliado en la calle Olmo número 4, de Madrid. Por su interés, paso a continuación a reproducir el texto de la postal, escrito con una pequeña letra a pluma:
Génova 19-3-12.
Querido amigo:
Me supondría usted pescando carramarros en el fondo del mar; pues el invierno no ha sido para menos. Dispénseme no le haya escrito, pues ya por pereza, ya por poco humor, no lo he hecho. Los Astigarragas han comprado un nuevo vapor, que se llama “Ramón” de 3.830 tons. y me han destinado a mandarle, es mayor y de mejores condiciones que el “Manu”. Espero hoy órdenes para nuevo puerto y aún ignoro el destino de puerto de carga que de no saberlo hoy le diré en otra.
Su afmo P. Ortiz
La fotografía de esta postal la he sacado en la mar.
La fotografía protagonista también tiene su interés. Está tomada desde el castillo de proa y en ella se aprecian algunos interesantes detalles personales y técnicos. Sobre el puente apoyado en el pasamanos aparece el oficial de guardia atento a la navegación. En la cubierta, al lado de la escotilla de la bodega nº 2, protegida por los cuarteles y encerados, miran al improvisado fotógrafo dos de los tripulantes. El que se encuentra de pie parece, a la vista del uniforme, uno de los oficiales, mientras que el que está sentado se trata, con casi toda seguridad, de uno de los subalternos. Un recio palo sirve de base para dos puntales, uno por cada una de las dos bodegas situadas a proa. En su base se encuentran las maquinillas de vapor para su manejo. También se distinguen varios manguerotes de ventilación, de diferentes tamaños, de servicio para las bodegas y la sala de máquinas. La alta chimenea sobresale de la superestructura en la que está instalado un amplio puente descubierto (en la cubierta de botes). Encima de una pequeña cabina cubierta aparece un puente alto, también descubierto, aunque más protegido que el inferior.
La historia de nuestro protagonista había empezado el 21 de septiembre de 1899, cuando fue botado el vapor SHEPPY ALLISON en el astillero británico William Gray & Company Ltd., en West Hartlepool. La construcción número 592 se entregó a sus propietarios J. S. Allison & Co., de la misma localidad West Hartlepool, al mes siguiente. Se trataba de un buque de 2.285 toneladas de Registro Bruto, 3.830 toneladas de Peso Muerto, 91,2 metros de eslora, 13,1 metros de manga y 6 metros de puntal. Para la carga disponía de cuatro bodegas con el puente en el centro. Estaba equipado con una máquina alternativa de triple expansión construida por la firma Central Marine Engine Works que desarrollaba 1.260 HP. En 1906 lo compró la naviera Seaton Shipping Co. Ltd., también de West Hartlepool, que mantuvo el mismo nombre. Hasta 1912 no sería adquirido por la Compañía Naviera Bachi, S.A., de Bilbao, que anteriormente se había denominado Naviera Astigarraga y Naviera Hijos de Astigarraga; de ahí el comentario que hacía el capitán en la carta. Sus nuevos propietarios lo renombraron RAMÓN. El 16 de junio de 1912 tuvo el honor de estrenar el cargadero de mineral de Cala de las Conchas, en Almería.
La Compañía Naviera Euzkera de Navegación, S.A. (Zugadi y Cia.), de Bilbao, se hizo con sus servicios en el año 1919. El inicio de la Guerra Civil le pilló en Huelva, donde estaba de pontón carbonero de aprovisionamiento de barcos. Por esos años ya era un vapor viejo, así que no participó en ninguna operación de transporte. Fue desguazado en Erandio en 1937.
Nota del Editor: Manuel Rodríguez Aguilar, escritor e investigador marítimo, goza de una larga nómina de artículos publicados además de dos libros, cuya lectura recomendamos encarecidamente. Una muestra de su obra puede verse en la página de Juan Manuel Grijalvo